Una persona se encuentra
atormentada cotidianamente. Todos los días, la acusan de falsedades que malinterpretan
y de verdades que no dijo. Le reprochan que si hizo eso, porque no lo hizo
antes, y si no hizo nada, de porque se quedo quieta. Golpean sentimentalmente condicionando
sus lazos afectivos como maridos, hijos, nietos, madres, amigos al rol único de
estar ahí porque buscan poder para aumentar sus riquezas personales. Desde múltiples
sectores la acosan, la insultan, la maltratan, solo por un simple hecho: Es la
presidenta.
La intimidación trata
aquellas conductas de acoso que persiguen amedrentar, apocar o consumir
emocionalmente a la acosada mediante una acción intimidatoria. Con ellas
quienes acosan buscan inducir el miedo en la acosada. Sus indicadores son
acciones de intimidación, amenaza, hostigamiento físico intimidatorio, acoso.
Las amenazas agrupan las
conductas de acoso que buscan amilanar mediante las amenazas contra la
integridad física de la acosada o de su familia, o mediante la extorsión.
Los casos que muestro son
simples, violencia cotidiana ejercida desde una falsa neutralidad , desde una falsa
visión objetiva, donde los intereses corporativos juegan su poder y tiran sus
cartas sin importar el acoso masivo vivido en los últimos años por parte de una
mujer. La imagen presidencial tiene una misión: ser socavada, y siempre puesta
en duda su rol de presidenta. Quizás la critiquen por ser mujer, ya que después
de milenios de historia machista es la crítica más influyente en la sociedad
actual, que inclusive también cuenta con la aceptación por parte de muchas mujeres como matriz de
pensamiento. Pero esa critica a su rol de mujer, es la forma directa que las corporaciones
mediáticas encontraron para atacarla, porque de lo que realmente se están defendiendo
es de las políticas ejercidas por la presidenta y su gobierno en contra de sus intereses
corporativos. Eso es lo que importa únicamente para estos sectores corporativos, que sus
ganancias sigan subiendo. El bullying vivido por el matrimonio Kirchner durante
estos 10 años, y mas profundamente en los últimos 5 en la imagen de Cristina Fernández, luego de la muerte de Néstor Kirchner, fue aumentando medida política tras medida política. La ley de
medios, como paradigma de una democratización del espacio audiovisual-comunicacional
permite tener una herramienta de lucha contra la hegemonía social y financiera
de la corporación mediática. Contra el gran déspota informativo, que aliena y
condiciona la vida social y cultural a través de la publicidad y los
informativos. Esta ley de medios permite contar con un instrumento de
pluralidad en nuestra sociedad, fomentar las culturas tradicionales en nuestro país,
y sobretodo ejercer el poder ciudadano de enfrentar a la corporación desde lo
nuestro, porque la batalla sigue y seguirá siendo cultural.
El bullying al cual es sometido
la presidenta es incalculable. Todos los días desde las pantallas de televisión,
desde las voces de las radios, los informes en revistas y diarios, la atacan frontalmente
tergiversando lo que hizo , confundiendo a la sociedad y convirtiendo su
discurso dominante de libre empresa en frases armadas con tintes machistas,
ofensivos y miserables. Uno nunca sabrá
las causas reales y concretas de tal hostigamiento, lo que sí sabemos es algo.
Este proyecto político encarnado en la figura del matrimonio Kirchner toco
intereses corporativos (no solo mediáticos) que no habrían pensado hace tan
solo 10 años atrás. Pero detengámonos en esto, y pensemos
en nuestro país como un aula grande. Donde una presidenta se sienta a la par de
los poderosos, donde estos se sienten incómodos y donde el bullying o el acoso empiezan
a ejercer un rol importante en las relaciones con ella.
Porque cuando hablamos de una situación
de bullying, un tema social importante de nuestros días, es cuando los
poderosos se sienten impenetrables, y sobretodo, potentes frente a la acosada. El
bullying , como forma de acoso, contempla varias situaciones que pueden
mezclarse: Bloqueo social,
hostigamiento, manipulación, coacciones,
exclusión social, intimidación, amenazas e inclusive, agresiones físicas. La
presidenta ha sufrido varias formas de bullying por parte de la corporación mediática,
como portavoz de las corporaciones económicas históricas, y formadora de
opiniones e ideología de nuestra sociedad. Vamos a demostrar el bullying
presidencial con las características que antes mencionamos.
El hostigamiento suele llevar
a cabo a través del desprecio, el odio, la ridiculización, la burla, el
menosprecio, la crueldad, la manifestación gestual del desprecio, la imitación
burlesca son los indicadores de esta escala.
La manipulación social
trata sobre cargar las tintas contra todo cuanto hace o dice la víctima, o contra
todo lo que no ha dicho ni ha hecho. No importa lo que haga, todo es usado y
sirve para inducir el rechazo de otros. Por esta manipulación de la imagen
social de la víctima, muchos se suman al grupo de acoso de manera involuntaria,
percibiendo que el acosado merece el acoso que recibe.
La coacción es una situación
donde agrupa aquellas conductas de acoso que pretenden que la víctima realice
acciones en contra de su voluntad. A partir de estas conductas quienes acosan
al niño buscan dominar y someter totalmente su voluntad.
El que la víctima haga esas cosas
contra su voluntad proporciona a los que fuerzan o tuercen esa voluntad
diferentes beneficios, pero sobre todo da lo mas importante: poder social. Los
que acosan son percibidos como poderosos por los demás que presencian el
doblegamiento de la víctima. Con frecuencia las coacciones implican que el niño
sea víctima de vejaciones, abusos o conductas sexuales no deseadas que debe silenciar
por miedo a las represalias sobre sí o sobre sus hermanos.
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